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Obtención del propóleo

Hay dos métodos para extraer el propóleo de las colmenas, el raspado con una espátula, de las diferentes partes que componen la colmena, o la colocación de rejillas preparadas para tal fin.

Raspado del propóleo.
Consiste en raspar con una espátula o cualquier otra herramienta con corte, todas las partes de la colmena donde las abejas han depositado propóleo. Los cuadros (donde van instalados los panales en las colmenas móviles) son raspados uno por uno, separando con cuidado la preciada sustancia de la madera. Las tapas, las paredes de la colmena, los cubre panales, también se procede de igual forma. El raspado es un trabajo arduo para el apicultor, pocos son, los que debido al esfuerzo que supone practican este método.

Cuando las colmenas llevan varios años sin extraer los propóleos, se pueden obtener hasta 200 gr. por colmena, después de varias horas de fatigoso raspado.

Colocación de rejillas.
Es el método más empleado por los apicultores profesionales que se dedican a la producción de propóleo.

Principalmente se utilizan dos clases de rejillas: la plástica, hecha con troquel, y las de trenzado de nylon. Consisten, en una lámina agujereada (espacios de 1,5 a 3 mm.) por donde las abejas no pueden pasar, por lo tanto, se ven en la necesidad de tapar los agujeros para impedir la entrada de frío o posibles enemigos. Se colocan encima de los panales de la colmena, preferentemente en otoño, por ser la época en que las abejas recolectan más propóleo.

Después de un periodo de tiempo prolongado (de 1 a 6 meses), la rejilla se retira de la colmena y se reemplaza por otra limpia.

Para extraer el propóleo de las rejillas con facilidad, se introducen en un congelador, después de una hora en su interior, se sacuden sobre una superficie dura para que se desprenda, ya que al congelarse se vuelve muy quebradizo.

Con las rejillas, se obtiene el propóleo de mejor calidad y más puro, además arrastra muy pocas impurezas. También sabemos que es fresco, ya que está empezado a fabricar desde el momento que colocamos las rejillas en las colmenas. En cambio, el obtenido mediante raspado, puede llevar muchos años dentro de la colmena y haber perdido partes de sus valiosas cualidades.

Mediante este sencillo método de trabajo se pueden conseguir, de 100 a 200 gr. de propóleo de primera calidad, al año. Además a las abejas les ahorramos muchas molestias, y el apicultor emplea menos tiempo y esfuerzo.

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